Indiana Jones 4, me toca los co.....

Tal y como avanzaba en el post anterior,Spielberg necesita urgentemente asistir a una de las conferencias de Robert McKee. Bueno, él, George Lucas y el guionista de esta cuarta parte de las aventuras de Indiana Jones, David Koepp. Entre los tres han desaprovechado una oportunidad de oro –no creo que a Harrison le queden fuerzas y ganas de más Indianas– para ofrecernos una nueva entrega de interesantes, divertidas y gloriosas aventuras de uno de los mejores y más grandes heroes de acción del cine reciente. La culpa, como siempre, descuidar la historia y a los personajes.
El guión –que empieza en la penúltima secuencia de la primera entrega– arranca de forma más o menos original introduciendo unas críticas –inusuales en el cine de Spielberg y de Lucas– al colocar a Indi en una lista negra de posibles comunistas o convirtiéndole en el cebo de una intrigante y peligrosa carrera nuclear. Pero todo resulta ser un espejismo que desaparece a la media hora (minuto arriba, minuto abajo) para sumirnos en una espiral sin fin dominada por la acción sin más justificación. Los guiños cinéfilos (que los hay en abundancia) serían interesantes si no fuera por ese empeño Spilberiano de resolverlo todo mediante golpes de efecto.
Los personajes están desdibujados: lo mismo nos da lo que le pase a una mayorcita –y entrada en carnes– Karen Allen, que a su hijo, un Shia LaBeouf anodino –no es ni tan armalíos ni tan despistado como era su madre, ni tan listo como era, y es, su padre– y repetitivo –para peinarse a lo Travolta se sobran pelos–. Menos mal que a Indi le conocemos de entregas anteriores, porque si fuera por esta más le valdría recoger el látigo y el sombrero. De los malos tampoco parecen haberse preocupado –salvo la parte estética–, aunque el oficio y el divertido acento de Cate Blanchett le permiten alcanzar el aprobado raspado.
Lo que si consiguen, mejor dicho, conseguirán con el tiempo, tanto Lucas como Spielberg, es cerrar sus particulares círculos metacinematográficos. Así, mientras Lucas se sube a lomos de American Grafitti, gracias al look "Marlón Brando Salvaje" (no sabemos muy bien a qué viene) y a una banda sonora sesentera (según la historia estamos a finales de los 50), Spielberg acaricia de nuevo el dedo de nuestro E.T. favorito jugando a un nuevo ENCUENTROS EN LA TERCERA FASE (cuando la vean lo entenderán).
Salvemos pues determinados momentos –a los ya mencionados, añadamos las primeras secuencias de Shia y su escapada motera a lo Steve Mcqueen–, y como no, un final ante el que merece la pena quitarse el sombrero, o ponérselo, según quien. Para el resto, una película que barrera en taquilla pero que terminará manchando la honrosa carrera cinematográfica de nuestro arqueólogo favorito, el Doctor Henry Jones Junior.
Otro punto de vista distinto.
Comentarios
Veremos cuánta gente se acuerda de Robert MacKee, y de nosotros, en una temporadica, cuando Indy V sea otra mierda incomparable a la asombrosa Indy IV...
Ya de entrada, que el Gobierno ponga a Indi en la lista negra me hace tener MÁS ganas de verla ;D
Dicen que la culpa de que sea más oscura, y más floja, tal vez la tenga el momento emocional que vivían por aquel entonces Spielberg y Lucas: los dos se acababan de separar de sus esposas. Más el segundo que el primero.
Y sí, lo de el gobierno y la lista está muy bien, pero insisto, sólo es un apunte. Cuando la veas hablamos. De entrada, decir que a Boyero (El País) le ha encantado.
Sólo la relación paternofilial con Tapón estaba mil veces más conseguida que con el pobre Shia.
y efectivamente... Si lo de la lista negra siriviera para algo... Si ALGO sirviera para algo...
CHRVI: Se ha 'quedao' usted muerta, ¿de lo mucho que le ha gustado?