SANGRE, VISCERAS Y RODRIGADAS

Dentro de unos días (el 3 de agosto, para ser exactos) se estrena PLANET TERROR, primera parte de ese programa doble bautizado como GRINDHOUSE. Y después de verla es fácil entender el porqué de DEATH PROOF. Simplemente son los restos. Existe una película -gustará más a sus fans, menos a sus detractores- que se llama así, PLANET TERROR, con su guión, su equipo, su rodaje, etc. Una locura, una ROBERTRODRIGADA más: explosiones, zombies, doctores perversos y maliciosos, chicas desprotegidas que deben luchar contra los malos y sacar coraje de sus lugares más recónditos (la misma salsa, para entendernos, en la que se movían las Jessica Alba, Rosario Dawson, etc de SIN CITY), y toneladas y más toneladas de sangre, visceras y demás gelatinas. O sea, lo que para algunos es una película.

Así pues, al terminar la película, uno abandona la sala con la firmísima convicción de que DEATH PROOF no es más que una diversión -como si PLANET TERROR fuera otra cosa, pensarán- de Tarantino, que aprovechando dos días -o puede que más- del rodaje de la de Rodríguez, se sacó de la manga ese par de conversaciones absurdas y somnolientas entre dos grupos de "zorritas" (no es despectivo, es que es lo que le gusta a Quentin) con los que dice que ha dado forma a algo que él llama película y que a algunos nos parece una broma.

Concluyendo. Si son fans, fans, evítenla. Vayan al e-mule. Me consta que ya está disponible. Si no son fans, fans, ni eso. Y si de verdad quieren pasar un buen rato, véanse la película que le ha servido de inspiración a Tarantino -dice él- y que se llama VANISHING POINT, aquí PUNTO LÍMITE CERO. Y fíjense también en esta singularidad: el guión está firmado por un tal Guillermo Cabrera Infante. Palabrita del niño Jesús.

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