TELEVISION CON SABOR A HIEL



Llevo varios días intentando poner orden en mi vida. Es decir, tirar toda esa mierda de papeles que los periodistas (y otros que no lo son) con 'síndrome de Diógenes' acumulamos por culpa de la estúpida frase 'lo guardo, lo leo y después lo archivo' (el conocido también como 'nunca se sabe'). Y evidentemente, ni lo les, ni lo archivas. Simplemente lo acumulas. Lo dicho. Entre toda esa morralla he descubierto joyas que os iré desvelando poco a poco.
Ahí va la primera. Se trata de una página de una revista (de la que no puedo recordar el nombre) en la que colocaban frases que habían dicho famosos, y que unos meses después quedaban desmentidas. Entre ellas recorté estas dos de Ana Rosa Quintana (ya sabéis, la presentadora que firmó un libro titulado SABOR A HIEL:
“Me encanta jugar con el ordenador y navegar por Internet. Me encantan los avances tecnológicos”.


Días después, para explicar no sé qué patrañas sobre si su libro había plagiado o no de otros libros (Danielle Steel, Ángeles Mastretta y Collen McCullough, la autora de EL PÁJARO ESPINO) dijo esto:
“No sé nada de ordenadores. Ni siquiera sé grabar un disquete”.

Por todo esto, y por mucho más, es por lo que siempre he pensado que debemos huir de la televisión, como de la peste (lo justo para recibir el salario). Eso si no queréis quedaros como mi amigo, el Gallo Claudio, a quien encontré a altas horas de la madrugada al lado de la Ribera de Curtidores (zona Rastro). Según me comentó, se había dado a la bebida después de trabajar (si señor) de guionista en DOLCE VITA (Tele 5). Así son las cosas. Y así no me gustaría contarlas.

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