Guiñoles peligrosos

El humor debe, casi por imperativo del sentido común, molestar a los políticos o, como mínimo, incomodarles. Por eso no sorprende que tanto el Partido Popular como el PSOE se hayan puesto de acuerdo en criticar ciertas actitudes de la prensa francesa –les recuerdo que no ha sido toda– a la hora de tratar la sanción que el TAS le ha impuesto al ciclista español Alberto Contador. Quizá todo esto tiene un precedente, las declaraciones que hizo en noviembre el ex tenista Yannick Noah, en las que insinuaba que los deportistas españolas "usaban una poción mágica". No se le dio más importancia, hasta que la sanción al ganador del Tour 2009 se ha convertido en portada de toda la prensa gala. Jugando en un terreno similar, los guiñoles franceses, auténticas bestias negras de políticos y famosos –como sucedía aquí con su magnífica y despiadada versión española–, han utilizado este tema para parodiar a algunos deportistas españoles a los que, no nos engañemos, les tienen ciertas ganas.
Por desgracia, todos, incluido el propio Rafa Nadal, han reaccionado mal. Los guiñoles sólo son una parodia de las realidad, mordaz, irónica, dañina tal vez en ocasiones, pero a la que se le permiten ciertas licencias en aras de la libertad de expresión y del humor. De no ser así, difícilmente podríamos tolerar chistes sobre gangosos, maricas, gays, marujas, judios, curas, borrachos, guardias civiles, policías, políticos y todos los tópicos sobre nuestras diferentes identidades provinciales: andaluces, catalanes, gallegos, madrileños, vascos, etc.

En definitiva, justo en el momento en el que nuestro juez más famoso, la estrella de nuestro jueces, quien ha intentado sentar en el banquillo a Pinochet, a la Junta Militar Argentina, al Franquismo y a toda la trama corrupta de Gurtel –sin olvidar "la película" que le llevó al estrellato y en la que diarios como El Mundo y ABC le apoyaron ciegamente–, justo en este momento de vergüenza, nuestros dirigentes políticos, una parte de los periodísticos y algunos implicados, han entrado al trapo dando más carnaza a los guiñoles franceses. A todos, incluidos los deportistas aludidos, les recuerdo –como ha tenido a bien el diario Público– que el programa ¡Vaya Semanita! ya hizo parodia del caso Contador, y en aquel momento no escuché tantas voces como ahora.
Desde el affaire Vigalondo, ha quedado claro que una parte de nuestra sociedad no termina de comprender muy bien eso del humor y la ironía. Y así estamos en dónde estamos. ¿Y dónde, preguntarán? Pues en Kamtchatka.

Dejó aquí, como ejemplo, las reacciones del Gobierno de Aznar y de algunos periodistas y editores de prensa, sobre la influencia de Las Noticias del Guiñol, que en 1997 emitía Canal +. En su momento me hizo mucha gracia esta portada del ABC. Os recuerdo que Aznar había comenzado a gobernar en el verano de 1996 y que Las Noticias del Guiñol eran uno de los programas más vistos, y me consta que algunas redacciones, entre ellas la de El País y El Mundo, dejaban de lado sus textos a esas horas para poder disfrutar de la media hora escasa de humor que ofrecían los guiñoles de Tony Martínez, Rafa Jaen –algunos de sus directores– y compañía. Y recuerdo también que Les Guignols de l'Info están inspirados en Spitting Image, aquel famoso programa de la BBC en el que la Reina aparecía siempre con una botella de ginebra en la mano.

Aquí el enlace a la portada de ABC y aquí el Editorial de ese día, 4 de abril de 1997.




Comentarios

Entradas populares de este blog